Cuando los espacios privados se mezclan con tu vida pública; cuando tu lugar de descanso ahora es tu lugar de trabajo; los límites se vuelven borrosos.

La vista desde el ventanal se convierte en tu única vista; hay ya poco que leer, ver o escuchar porque el tiempo se vuelve eterno.

Buscamos los rayos de sol de una primavera que no termina de llegar. No llega fuera y no nos llega adentro.